viernes, 27 de julio de 2012

La cultura del Azar



“El lugar que ocupa una época en el proceso de la historia se puede determinar de modo más concluyente a partir del análisis de sus discretas expresiones superficiales que a partir de los juicios que la época hace sobre sí misma. (…) Aquellas expresiones, a causa de su naturaleza inconsciente, garantizan un acceso inmediato al contenido fundamental de que existe o es. (…) El contenido fundamental de una época y sus impulsos inadvertidos se iluminan recíprocamente”

SIGFRIED KRACAUER,  El ornamento de la masa, Berlín: 1927.


“Afirmo que la pasión del juego es la más noble de todas las pasiones, ya que incluye a todas las demás. Una serie de coups afortunados me hace disfrutar más de lo que un hombre, que no juega, disfrutaría en años… ¿Creéis que en el oro que me cae en suerte no veo sino la ganancia? Os equivocáis. Veo en él las delicias que procura y las apuro. Y me llegan demasiado rápidas para que puedan hastiarme, y en tal variedad que no pueden aburrirme. Vivo cien vidas en una sola. Si viajo, lo hago a la manera en que viaja la chispa eléctrica… Si soy avaro y reservo mis billetes “para jugar”, es porque conozco el valor del tiempo demasiado bien para emplearlo como los otros. Un determinado placer que me concediese me costaría otros mil placeres… Los placeres los tengo en mi espíritu y no quiero otros”.

EDOUARD GOURDON, Les Faucheurs de nuits, Paris: 1860.

Para una sociología de los juegos de azar, comparto mi artículo publicado en la Revista Ariadna Tucma, sobre el consumo en el Casino de Buenos Aires.